5 de marzo de 2009

También me se chistes...

Buenos días por la mañana!
Pues sí, también me se chistes y aprovechando la línea del post de ayer, voy a contar uno, que no por repetido deja de ser gracioso, y tener su punto de verdad...además confío en que algún alma cándida de la izquierda Consumista...digooo...comunista (perdonad que me ría); lo lea e igual sienta algo dentro de sí. Ahí va: Esto es un sr. Cubano...pongamos que se llamaba Manuel Pável Catro...que por estas cosas que suelen pasarle a algnos cubanos se muere. Este cubano, como algunos que habitan en la isla de las doscientas cárceles, era muy bueno y muy piadoso, y como consecuencia de su comportamiento va al cielo. Llega al cielo, le pregunta a Pedro el Portero si está en la lista, Pedro le mira de arriba abajo y le dice que pase...Manuel llega al cielo y ve la máxima tranquilidad, lo idílico, la paz, absoluta felicidad (que le acaba rompiendo la paciencia...por no decir las pelotas)...y por estas cosas aventureras de algunos cubanos, le dice a Dios que le gustaría visitar el Infierno para ver como es y, a ver que tan malo es aquello. Dios le informa de que en el Cielo se es libre de salir y entrar, y que siempre que encuentre un avión disponible y puntual, puede salir al Infierno, con una escala en el purgatorio. Y el caso es, que Manuel consigue un billete en una compaía de Low cost y tira pal Infierno. Cuando llega allí, oye música animada, gente gritando y saltando, calorcito, algún que otro cubano (que aunque parezca mentira, también los hay malos)...y claro, pasa allí una noche entre fiesta, ron y chachachá...Manuel tira pal cielo, porque había comprado también el billete de vuelta, y al llegar al cielo, le comunica a Dios su deseo de pillar una balsa y tirar pal Infierno rapidito, que allí si que se saben divertir; pero le pide a Dios que no se enfade, que no es nada personal, es sólo una cuestión de aprovechar la eternidad. Así es que, Manuel tira pal infierno con la bendición de Dios...y cuando llega al infierno le abre la puerta el Demonio Rojo y al abrirle la puerta...ve todo lleno de personas con cara desgraciada, desanimados, con un bajón (parecido a los "amarillos" de las 5 de la mañana de los sábados), y claro, se queda perplejo de aquél espectáculo desolador; por lo que le pregunta al Gorila Rojo...digooo..al Demonio Rojo..."Oye chico...¿cómo es que está la vaina tan triste?", y el Demonio le respondió "Amigo, usted como ciudadano cubano, debería de saber, que una cosa es ir de Turismo, y otra muy distinta vivir allí".
He dicho.

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